Apenas se descubrieron planetas que orbitan otras estrellas y fuera de nuestro sistema solar, la pregunta natural fue: ¿Existen otras tierras en otros soles, parecidos a la nuestra ? Poco a poco nos vamos aproximando a la respuesta, y hoy la NASA ha presentado un comunicado de prensa informando el descubrimiento de varios planetas en condiciones similares a la Tierra.
¿Por qué hay condiciones tan estrictas? Porque si la tierra hubiera estado más cercana al Sol, el agua de los océanos se hubiese evaporado y no habría vida como la conocemos. Por el otro lado, una órbita más externa parecida a la de Marte hubiese congelado toda el agua del planeta y de nuevo no se darían las condiciones para la vida.
Esto indica que hay una distancia mínima y máxima de los planetas a su estrella para que la vida tenga las condiciones necesarias para existir. Esta región es la que se llama la «zona de habitabilidad». Pero la distancia a esta zona dependerá del brillo de la estrella, una estrella grande y muy brillante daría demasiado calor y por la tanto la «zona de habitabilidad» estaría muy lejana. Una estrella más pequeña que no brindara la suficiente energía provocaría que los únicos planetas considerados para albergar vida estén muy cerca de esta.
Por eso la búsqueda de «otra tierra» (o la Tierra 2.0) que cumpla con las condiciones de la «zona habitable» es de importancia crucial para la evolución humana, ya que en un futuro sería el lugar ideal para su colonización o bien para intentar buscar si la vida es un fenómeno común en el Universo o algo extremadamente raro.
El telescopio espacial Kepler de la NASA es el instrumento ideal para encontrar planetas. Este dispositivo fue desarrollado en base a la experiencia de construir y utilizar el Hubble, pero a diferencia de este, sólo se lo construyó para analizar la luz de las estrellas y encontrar sus planetas.
El planeta más inquietante de los nuevos que se han descubierto, orbitando en la zona de habitabilidad, es Kepler-452b. Su estrella es una tipo G2V, o traducido del lenguaje astronómico, es una estrella igual a nuestro Sol. Kepler-452b es el planeta número 1030 cuya existencia es confirmada con una buena cantidad de medidas y observaciones obtenidas de telescopios.
Los datos del sistema revelan que el planeta Kepler-452b tiene un diámetro 60% más grande que el de la Tierra, por lo tanto, se lo considera una super-tierra. Aunque, su masa y composición química no ha sido determinada, existe una alta probabilidad de que este sea rocoso. También se pudo medir que un año en este planeta dura 385 días (5% más que el año terrestre), esto se debe a que el mismo está un poco más alejado de su estrella que la Tierra del Sol. La estrella de Kepler-452b es un poco más vieja que el Sol, ya que tiene unos 6 mil millones de años mientras que nuestro Sol tiene 4.5 mil millones de años. Su temperatura es similar a la del Sol, pero es 20% más brillante y tiene un diámetro 10% más grande.