Científicos de la NASA dieron hoy, 22 de febrero, una conferencia de prensa, se publicitó con un día de anticipación y causó cierta inquietud. Esta se trató sobre un descubrimiento muy importante en el área de exoplanetas, pero no se supo sobre el tema en cuestión hasta el momento de la conferencia.
El panel de investigadores de la NASA anunció que encontraron en la estrella TRAPPIST-1 varios planetas rocosos en la zona de habitabilidad, es decir, la zona en donde el agua se encuentra en estado líquido. Si el planeta estuviera muy cercano a su estrella, el agua estaría en estado gaseoso por la alta temperatura y no podría haber vida tal como la conocemos en la Tierra. Por el contrario, un planeta muy lejano de la estrella sería un páramo helado y el agua estaría congelada, imposibilitando así la vida. Pero, entre medio de esas dos situaciones extremas, existe una zona templada, donde el agua es liquida, y la vida, tal como la conocemos en la Tierra, no tendría problemas en desarrollarse. Esto último se estaría intentando comprobar con los recientes descubrimientos de los planetas rocosos anteriormente nombrados. Hay que recordar que se llama exoplanetas a los planetas que orbitan otras estrellas y no el Sol, como sería en este caso.
La estrella en cuestión, Trappist-1, se encuentra ubicada a 40 años luz del Sol. Esta distancia, en términos astronómicos, se puede considerar como cercana a la Tierra. La estrella está en la constelación de Aquario. El sistema de la estrella y sus exoplanetas fueron bautizados como sistema TRAPPIST-1, que es la sigla en inglés del telescopio que descubrió este objeto: «The Transiting Planets and Planetesimals Small Telescope» (TRAPPIST), que traducido sería «El pequeño telescopio de tránsitos de planetas y planetesimales». Este instrumento se encuentra en Chile y es operado por la ESO.
El telescopio encontró tres planetas en el sistema, que luego fueron confirmados por otros telescopios, inclusive por los telescopios VLT de la ESO que son muy poderosos. Dado que este sistema llamó la atención, fue observado también en infrarrojo por el telescopio espacial Spitzer el cuál confirmó dos de los planetas originales y encontró cinco más, dejando el número total en siete. Los resultados de esta investigación saldrán publicados en el próximo número de la revista Nature.
Los datos tomados con el telescopio Spitzer permitieron medir los tamaños de los siete planetas y tener un primer estimado de las masas. Con ambos datos se pudo calcular un estimado de la densidad. Basándose en las densidades obtenidas se pudo predecir que estos planetas son probablemente rocosos, tal como son la Tierra o Marte. Si bien no es posible determinar cuanta agua pueden tener, con más observaciones será posible determinar sí hay agua distribuida en la superficie. La masa del planeta más lejano de los siete a su estrella es el único cuya determinación tiene grandes incertezas, por lo tanto, no hay que descartar que pueda ser un planeta formado por hielo.
En sí, TRAPPIST-1 es una estrella muy pequeña en relación a nuestro Sol, tiene tipo espectral M8 y es una enana roja. Comparado con el Sol, su radio es del 10% del radio solar y tiene el 8% de la masa. En términos generales, es más parecida en tamaño al planeta Júpiter, salvo que en su interior se producen reacciones nucleares siendo por esto una estrella.
A estos planetas se los nombró con letras para su identificación, siendo el planeta «b» más cercano a al estrella y «h» el más lejano. En la figura siguiente puede apreciarse que el sistema Trappist-1 es apenas más grande que el sistema de satélites de Júpiter. Comparado con el sistema Solar ocupa apenas una pequeña fracción de este.
Además de la presentación en la rueda de prensa, tanto NASA como la ESO, las dos organizaciones que participaron en la investigación, estructuraron distintas actividades para la divulgación de la noticia. La ESO preparó material para planetarios, pero su existencia se comunicó muy temprano a la mañana, antes de la conferencia.Por otro lado, la Nasa organizó distintos materiales (a la derecha podemos apreciar la imagen de una supuesta propaganda para pasar las vacaciones en Trappist-1e, uno de los planetas).
Otra de las novedades, fue que la revista Nature no sólo publicó el paper aquí, sino que también publicó una historia de Ciencia Ficción (en inglés) llamada «The Terminator» escrita por Laurence Suhner, que se la puede encontrar en este link. Esta relato cuenta una historia de colonizadores humanos en el sistema descubierto.