Descubren 3 planetas del tamaño de la Tierra en un sistema cercano

Impresión artística. CREDITOS: ESO/M. Kornmesser/N. Risinger (skysurvey.org)

Un grupo de astrónomos de la Universidad de Liége de Bélgica, han descubierto 3 planetas alrededor de una estrella enana ultra-fría. La estrella, de tipo M8V, es conocida ahora como TRAPPIST-1  y es apenas más grande que Júpiter y mucho más roja que el Sol ya que tiene una temperatura superficial de 2550 K (en términos estelares, esto se considera muy frío). Si bien se encuentra cerca, a 40 años luz, debido a su bajo brillo es visible solo con potentes telescopios.  En este caso, se utilizó el telescopio TRAPPIST de 0.6m de diámetro ubicado en el cerro La Silla, en Chile.

Observatorio de La Silla (ESO). Créditos: Wikipedia

Observatorio de La Silla (ESO). Créditos: Wikipedia

El equipo observó la estrella un total de 62 noches entre Septiembre y Diciembre de 2015. Lo que observaron es que había algo que se cruzaba adelante de la estrella a intervalos regulares de tiempo reduciendo su brillo, luego con observaciones más detalladas se pudo confirmar que se trataba de 3 planetas del tamaño de la Tierra. Esta forma de detección indirecta es la más común para buscar exoplanetas y se conoce como método de tránsitos. Dos de los planetas, TRAPPIST-1b y TRAPPIST-1c son de período muy corto, tardan 1.51 y 2.42 días en dar una vuelta a su estrella respectivamente, mientras que el tercero TRAPPIST-1d no está tan bien determinado todavía, podría tener un período de entre 4.5 y 72.8 días.

Los dos primeros orbitan muy cerca de la estrella, 100 y 65 veces más cerca que la tierra del Sol, lo cual se traduce en que reciban 4 y 2 veces la energía que recibe nuestro planeta. Las masas todavía no se conocen, por lo que tampoco su composición, aunque los modelos sugieren que es improbable que tengan envoltura gaseosa y la estadística de planetas descubiertos por el telescopio espacial Kepler favorece a que sean rocosos. En cuanto a su habitabilidad, hay que tener en cuenta algunas cuestiones, por un lado su ubicación no entra en la denominada «zona habitable» del sistema, que se considera como la zona donde puede haber agua líquida en condiciones atmosféricas terrestres, por el otro, al tener órbitas tan pequeñas es muy posible que estos planetas estén en rotación sincronizada, o sea que muestren siempre la misma cara a su estrella (como la Luna lo hace con la Tierra), si ese es el caso el modelo de «zona habitable» pierde valor ya que las condiciones de la superficie se vuelven más complejas. En principio, las temperaturas de los planetas son lo suficientemente bajas como para permitir que tengan zonas habitables, por ejemplo en las regiones en que se separan el día y la noche. Sobre el tercer planeta no se puede decir mucho sobre su habitabilidad porque su órbita no está del todo determinada, podría caer dentro de la zona habitable o un poco más afuera.

Comparación del Sol y la estrella TRAPPIST-1. Créditos: ESO

Comparación del Sol y la estrella TRAPPIST-1. Créditos: ESO

Cuando se quiere estudiar la habitabilidad de un exoplaneta, lo que se intenta es ver si tiene atmósfera y qué componentes hay en ella, esto va a depender de muchos factores que son determinantes, como la historia dinámica del sistema, los flujos de radiación ultravioleta extrema en el presente y pasado de la estrella, los impactos que haya sufrido el planeta, vulcanismo, etc. Pero más allá de las propiedades de este sistema planetario en particular, el descubrimiento es importante porque es la primera vez que se descubren planetas en una estrella tan fría.  Y estas estrellas son comunes en las vecindades solares, además sus características las hacen ideales para estudiar su atmósfera mediante espectroscopia de transmisión, un método que consiste en analizar la luz de la estrella que atraviesa la atmósfera del planeta durante un tránsito, esta luz queda «marcada» por los elementos presentes en la misma. Por lo tanto, lo próximo es estudiar sus atmósferas en búsqueda de agua y rastros que se puedan relacionar con actividad biológica, este sistema es al momento el mejor target que tenemos para la búsqueda de vida. Con la nueva generación de telescopios que estará arribando en la próxima década, como el James Webb Space Telescope que se pondrá en órbita en 2018, estudiar las atmósferas de este tipo de planetas será mucho más fácil, mientras tanto, la cantidad de exoplanetas conocidos sigue y sigue creciendo.

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Juan Serrano
Estudiante de astronomía. Probablemente me verán escribiendo sobre exoplanetas, sistema solar y misiones espaciales. contacto: juann.serrano@gmail.com

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